“Este país está hecho para cajas manuales, los carros automáticos no suben un puente”, se le escuchaba decir a los mayores años atrás, cuando las cajas con este ultimo mecanismo aun no estaban tan desarrolladas. Las primeras que llegaron al país, por allá en los años cincuenta, eran de solo dos o tres velocidades, lo cual penalizaba bastante sus prestaciones, su consumo y encima eran aún más costosos, aunque la gente ponderaba su comodidad y facilidad de manejo.

El intenso tráfico de las ciudades, y los grandes avances en el desarrollo de las cajas que no necesitan un pedal de embrague para operarlas, hizo que a partir de los años 90 este tipo de mecanismo se popularizara en la industria del automóvil. Hoy en día es casi imposible conseguir un carro de más de 90 millones de pesos que no sea automático. La caja manual solo queda reservada hoy en día para deportivos muy especiales de uso limitado y, claro, para los carros populares de los segmentos de entrada y medianos.

Caja manual, sus ventajas

Un auto con este tipo de caja siempre será más barato que el automático. Así que, si nuestra condición es un presupuesto ajustado, nada que hacer, nos ahorraremos una plata con el manual, pues el precio final varía en unos cuatro a ocho millones de pesos en comparación con el mismo modelo, pero automático.

Otra ventaja que tiene la caja manual va enfocada a quienes disfrutan más de la conducción y saben sacarle mejor provecho a su carro. Con la caja operada pro pedal, el auto queda a disposición del conductor, así que este puede acelerar en el cambio que quiera, subirlo de revoluciones sin problema y sacar todo el potencial de las prestaciones del motor, así como frenar mejor con este tipo de caja rebajando los cambios para restarle trabajo a los frenos.

También se le saca mejor uso al carro en maniobras que requieren acelerador, como un sobrepaso una salida rápida o en momentos donde se necesite toda la potencia a disposición pues el cambio nunca se saltará y el vehículo nos entregará toda su capacidad a la mano.

Inconvenientes

La principal desventaja que tiene una caja manual es la incomodidad de su uso porque siempre hay que estar pendiente del pie izquierdo para operarla, también debe tenerse la certeza de saber cuándo hacer los cambios para que el carro no se descuelgue o no se esfuerce demasiado.

También, la conducción en las grandes ciudades, donde las congestiones están al orden del día, se hace pesada y tensionante al estar embragando y desembragando constantemente, con el cansancio para el pie y el desgaste para los componentes del sistema, lo cual hará que se pase por el taller, tarde o temprano, para cambiar el mecanismo de embrague, disco y prensa.

La automática

la principal ventaja es, como no, la comodidad de su uso y manejo. Es mucho más agradable el rodaje en un carro automático, sobre todo en ciudad, donde hay que estar acelerando y frenando varias veces en una cuadra. También, para arrancar en lomas son las más indicadas porque permiten soltar el freno y buscar el acelerador sin que el auto apenas se ruede, algo primordial en una topografía como la nuestra.

Solo hay que frenar y acelerar con el pie derecho. El izquierdo prácticamente queda “jubilado” y así podemos centrar más nuestra atención en el camino, lo cual redunda en seguridad en el manejo.

La tecnología de las cajas automáticas también ha avanzado bastante y hoy en día se consiguen hasta de diez velocidades, con doble embrague de función casi instantánea y tienen varios modos de manejo, como el deportivo (Sport), el Manual (M), para tener la sensación de una caja convencional y el económico (Eco), que nos pueden ofrecer mayores prestaciones o primar el ahorro de combustible según nuestros deseos. Además, dejan de ser aburridas, como las antiguas, y pueden ofrecer mayor diversión al volante, como ocurre con los grandes deportivos.

Inconvenientes de la automática

Por su complejidad de construcción, su mantenimiento suele ser más costoso por la cantidad de piezas y la tecnología que llevan, aunque es difícil que una caja automática. También, aunque cada vez es menor la diferencia, las cajas de este tipo suelen hacer que se eleve el consumo un poco más que los autos con caja mecánica. Eso sí, los carros que llevan caja de doble embrague pueden incluso consumir menos que los manuales.

Un aspecto del que se quejan los entusiastas es que la caja automática es aburrida y que ofrece menos sensaciones al volante que la manual, pero esto es subjetivo en beneficio de la comodidad que ofrece. Algunas cajas, sobre todo las de convertidor de torque y las de variador continuo (CVT), sí suelen ser más lentas y menos emocionales que las de doble embrague, las más recomendables definitivamente si se quieren conservar las emociones casi como las de la caja manual.

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